Coberturas
- cufaneo
- 1 may 2013
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De esta distorsión es ejemplo la actitud de la prensa llamada independiente, volcada en su apoyo sin excepciones. No puede reprocharse, por supuesto, que los diarios apoyaran a la oposición; lo que es criticable es que llegaran a fraguar una permanente mentira en la información que brindaban a sus lectores. Un cálculo del centimetraje dedicado por La Nación y La Prensa a la información política en los dos últimos meses des la campaña electoral arroja menos de un 10% dedicado a anoticiar sobre las actividades del frente peronista y más del 90% a la Unión Democrática. Páginas y páginas dedicadas a trasmitir, hasta la última coma, la totalidad de los discursos, manifiestos y movimientos democráticos, contrastan con los escasos párrafos dedicados a reseñar la actividad del peronismo. Actos peronistas cuya magnitud convertía, de hecho, en noticia, son despachados en diez líneas; los discursos de Perón sintetizan en un par de frases y cuando hay información destacada sobre el peronismo es para señalar un escándalo, una deserción o un cisma en sus filas; el nombre de Perón era prolijamente evitado y cada vez que se podía, los diarios usaban de eufemismos como “un militar retirado que actúa en política”, “un ciudadano que ha sido funcionario del actual gobierno”, “el candidato de algunas fuerzas recientemente creadas”. Casi no hay fotografías de los actos peronistas; y si las hay, contrastan sus ángulos de tomas con las que reflejan diariamente las andanzas opositoras.
Extracto de “El 45. Crónica de un año decisivo”, escrito por Félix Luna y publicado en 1971. Cualquier similitud con la actualidad no es pura coincidencia.